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La vida en el centro, el buen vivir y la transición

Nos encontramos hoy en una crisis climática muy compleja cuando nos remontamos a las últimas décadas es posible encontrar el hilo que desteje la trama de la vida y esa es la sociedad de crecimiento industrial como Joanna Macy le nombró. Para esta la tierra es recurso y cloaca su lógica es la del crecimiento exponencial, aumento de extracción de recursos e intercambio de mercado. Esto genera mucho sufrimiento alrededor del mundo. Los pensadores sociales budistas ven que lo que está operando aquí son formas institucionalizadas de los tres venenos reforzados mutuamente en la raíz del sufrimiento humano: avaricia, agresión y confusión.  El consumismo puede ser visto como avaricia institucionalizada, el complejo industrial-militar como agresión institucionalizada y los medios de comunicación controlados por el estado y las corporaciones como confusión institucionalizada.

Reconocer que estamos inmers@s en una locura caótica bien armada es un buen principio pese a toda esta confusión hay mucho que podemos hacer y admitir que es un proceso será fundamental para no enloquecer. A esta transformación se le llama transición eco-social se trata de generar alternativas para dibujarnos un mundo justo para tod@s los seres que lo habitamos, un mundo abundante, un mundo en donde permea la vida.

No hay un camino escrito, una ciencia o una teoría pero si existe una memoria ancestral y universal que es posible despertar en nosotr@ mism@s. 

Podemos empezar analizando los siguientes preceptos:

Cada ser vivo  y cada ecosistema tiene un derecho intrínseco a la existencia que no depende de su utilidad para la humanidad y que ningún organismo tiene el derecho de destruir una especie entera.

Somos una especie de las muchas que habitan este planeta y como todas ellas obtenemos lo que necesitamos para vivir, alimento, agua, cobijo, energía, minerales,  somos  naturaleza.

Desde el nacimiento hasta la muerte dependemos física y emocionalmente del tiempo que otr@s nos dan y que esta actividad ha sido feminizada, invisibilizada y marginada por el patriarcado.

Asumir estos a profundidad nos permitirá dejar de lado la búsqueda de la adquisición, el consumo y la dominación para buscar seguridad, amor, comunidad con la ecosfera o sea buen vivir.